Efectos psicoemocionales del hinojo



Hace un mes, en una verdulería ecológica, me regalaron un par de hinojos que he dejado olvidados en el frigorífico hasta ahora.

El caso es que anteayer decidí rescatarlos, y lo que encontré es lo que muestra la fotografía que ilustra este artículo. Deciros que no era la primera vez que sucedía lo que os voy a contar a continuación.

Los dos bulbos, a primera vista, se habían deteriorado. Habían perdido agua, y tanto las hojas como las partes más externas se habían afeado y se estaban secando... pero no estaban podridos (el hinojo es excelente para las putrefacciones y para eliminar gases del organismo). Asimismo, algo en ellos me llamó poderosamente la atención: la parte central, el germen, no había dejado de crecer, y las hojas que estaban brotando de él lucían de un color verde intenso, lozanas y fuertes. Pero lo más increíble es que esto había estado sucediendo en plena oscuridad, sin aire fresco, sin que las plantas fueran regadas, y durante un mes entero. Es decir, que teniendo todas las condiciones en su contra, el hinojo había conseguido, no sólo sobrevivir, sino rebrotar con vigor y con fuerza.

En este punto quiero destacar que nunca he observado en otro vegetal de los que han pasado por mi frigorífico una capacidad de supervivencia y de revitalización como la que he observado en el hinojo. Sólo algunas coles se le acercan de lejos.

Mi deducción es que a falta de nutrientes, agua y aire fresco, los dos bulbos de hinojo sobrevivieron y rebrotaron gracias a sus propias reservas. Es decir, destinando su energía y sus recursos para sobrevivir a toda costa. Y con un gran éxito, como podéis apreciar en la imagen.

En cualquier manual de trofoterapia encontraréis que el hinojo posee ciertas propiedades, como cualquier otro alimento. En este caso, es digestivo, diurético, bronquial, antitusivo, emenagogo (favorece la menstruación), galactógeno (estimula le secreción de leche en las glándulas mamarias), antianémico, antioxidante... Pero más allá de sus propiedades orgánicas, el carácter del hinojo, su personalidad, también se transmite a quien lo ingiere. Seguro que en alguna ocasión habéis escuchado ese refrán que dice: De lo que se come, se cría. O Somos lo que comemos. Pues sí, somos lo que comemos... literalmente.

A raíz de mi experiencia y de mis observaciones, todas estas características que os he comentado hacen del hinojo un vegetal idóneo para una persona que esté atravesando por un periodo de tristeza, depresión, decaimiento, pérdida de energía, abulia (falta de voluntad) o cuando ya se han perdido las ganas de vivir.

El hinojo aportará a quien lo ingiera (preferiblemente, crudo, en una ensalada) una enorme fuerza, vigor y ganas de salir adelante (a pesar de que todo esté en tu contra, o de que todo te resulte muy difícil). También, firmeza y determinación a la hora de tomar decisiones; objetividad para contemplar una situación en la que te hayas implicado emocionalmente, y dinamismo mental para salir de posibles atascos.

Además, te ayudará a eliminar lo que te sobra, es decir esas toxinas mentales y emocionales que te separan de la claridad mental y de la paz interior. Incluso si tu conflicto está asociado a una relación de pareja o de proximidad.

Por otro lado, esta maravillosa planta es ideal para las personas que tienden a pensar y analizar demasiado. O para aquéllas que encuentran dificultades para comunicar lo que sienten o piensan, para articular palabras y expresarse. El hinojo nos ayuda a expresarnos, a liberar los sentimientos estancados y podridos, a limpiar la mente y el cuerpo, y a desatar la energía de nuestro potencial creativo.

Y por último, dado que el hinojo es un bulbo que crece bajo tierra, contribuirá sobremanera a que pongas los pies en el suelo, a enraizarte, a conectarte con lo terrenal (en vez de divagar fantasiosamente) y con la humildad. Y, desde ahí, con tus raíces bien hundidas en la tierra, poder elevarte hasta lo más alto, hasta casi tocar el cielo (el hinojo es una planta cuyos tallos firmes y resistentes pueden alcanzar más de dos metros y medio de altura).

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